La sociedad nos enseña que la cocina es para las mujeres y el trabajo para los hombres. Hoy he podido demostrar que yo, como mujer, puedo cocinar, lavar, armar circuitos, inventar máquinas, programar, entender de robótica y de inteligencia artificial. Tengo las cualidades de los hombres pero con las ventajas de las mujeres como la disciplina, el orden, la responsabilidad. En fin, soy una mecatrónica
Soy buena en el frente de batalla y conduzco a mis equipos al éxito. Una de mis experiencias, el concurso Nacional de robótica 2008. En ella aprendimos grandes lecciones, nos enseño a ir un paso adelante, a prevenir fallas y proponer soluciones rápidas, sobre todo si no quieres pasar noches en vela y agotar tus baterías. En esa ocasión, decidimos ilusamente cambiar el tipo de batería con el que alimentábamos a “Argus”, nuestro robot, por baterías recargables. Primer gran error, ignoramos la ley de Murphy, “Si algo puede salir mal, saldrá mal”, y así fue. Una noche antes de la competencia nos llevamos la desagradable sorpresa de presenciar la repentina muerte de “Argus”. El pobre tiro el aceite. La interrogante entonces fue: nos retiramos con honor o damos la última batalla. Y así fue, pasamos la noche en vela, reprogramamos, desarmamos, revisamos motores, circuitos, y nada. A escasas horas de la contienda descubrimos nuestra terrible falla. Las baterías recargables no daban la corriente suficiente que “Argus” necesitaba para competir. Cambiamos de inmediato las baterías y por fortuna, los motores de “Argus” volvieron a girar. A pesar de haber sufrido un inesperado corto circuito, “Argus” demostró de qué acero estaba hecho y obtuvo el 4° lugar de la contienda. La gran lección fue: prevenir es mejor que lamentar, mejor que sobren piezas y no que falten, y hasta los genios pueden fallar. Alba Edison no descubrió la bombilla al primer intento, lo importante es no darse por vencido, y así como a Edison la perseverancia en mi vida me ha dejado grandes logros.
Me interesa en el futuro, trabajar en empresas como Volkswagen, automotriz líder en su ramo, que en México tiene un nivel de automatización sobresaliente. Con esto tendré la oportunidad de manipular con mis propias manos la tecnología y la maquinaria más innovadora. El área de hojalatería por ejemplo atrapa mi atención porque ahí se ensamblan de manera totalmente automatizada diversas piezas del automóvil, como el piso, las puertas, el toldo. La mecatrónica definitivamente es la llave para saber manipular estos procesos, pues me da justo los conocimientos que necesito en las áreas más relevantes. Además trabajando ahí necesitaré capacitarme continuamente, aumentando mi valor como profesionista y motivando mi crecimiento en la empresa. Volkswagen, al no ser una empresa mexicana, me dará la oportunidad de convivir con gente de diferentes nacionalidades, y lo que puedo aprovechar para aprender nuevos idiomas y culturas. También existe la alta posibilidad de ser enviada a trabajar a diferentes países, como Alemania, sede principal de Volkswagen.
Mis fortalezas me abren la puerta al mundo, el cielo es el límite y estoy segura de que estoy en el camino para ser la mejor herramienta que una empresa puede tener. Tengo las habilidades y la actitud necesarias para integrarme a un equipo de éxito y aportar para que nuestros motores arranquen y sean más veloces que los de la competencia.